GUÍA LONDRES, DÍA #4


Ver Londres #4 en un mapa más grande.



El cuarto día que estábamos en Londres ya nos movíamos como pez en el agua.
Muy a nuestro pesar tuvimos que empezar a tirar de metro. Para algo está la travelcard y además Londres es la ciudad con la línea de metro más antigua. Hay estaciones que todavía hacen eco de la época en que servían de refugio para los bombardeos de la II guerra mundial.





UNA MAÑANA EN MARYLEBONE




Si como nosotros ya lleváis unos días en Londres y no habéis tenido la oportunidad de tropezaros con ninguna celebrity, podréis ponerle remedio en Madame Tussaud´s.


Es un poco carillo pero las risas están aseguradas, no lleva mucho tiempo verlo y, por supuesto, sirven los vales 2x 1.
















Nosotros lo pasamos bomba, que gritos, que risas, te puedes sacar fotos con todas las figuras. Podréis palpar el famoso trasero de Jennifer López o sentaros a dar órdenes desde el despacho oval.




Eso sí, es recomendable estar en la puerta a primera hora, sino, os encontraréis unas colas considerables.


Una vez en el apacible barrio de Marylebone, no dejéis de dar una vuelta para deleitaros con el que antaño fue una aldea medieval y hoy es una zona residencial con elegantes mansiones del siglo XIX.





Entre mansión y mansión encontramos la casa de Sherlock Holmes y la prestigiosa Wallace Collection.
Lo que os quedará más a mano al salir de Madame Tussaud´s es, elemental queridos viajeros, el museo del famoso detective inseparable de su gorra y su pipa, The Sherlock Holmes Museum.
Si os queréis sentir como uno de los personajes de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle, adentraros en está casa victoriana y quién sabe, tal vez podáis resolver algún misterioso crimen.



Un poco más al sur y para los que os guste el arte se encuentra una de las mejores colecciones privadas del mundo,
The Wallace Collection. Fundado a partir de la colección privada de Sir Richard Wallace engloba pintura, escultura, mobiliario y artes decorativas.

Entre sus obras más destacadas están, "El caballero sonriente" de Frans Hals y "El columpio" de Fragonard. Es gratis y la mansión es un museo en sí mismo. No es muy grande así que, por favor, si os gusta la pintura no dejéis pasar la oportunidad de disfrutar de este maravilloso museo. Tomad nota y que no se os olvide.

Si después de todo esto queréis relajaros un rato, al norte se encuentra Regent´s Park, hay un zoo y pueden alquilarse barcas para remar en su lago.



PORTOBELLO

Como nosotros somos un grupo de acción nos fuimos a comer en uno de los barrios más cinematográficos de Londres, Notting Hill.


Ese día no había mercadillo callejero, puede ser que restara encanto, pero pudimos disfrutas tranquilamente de las coloreadas casas de Portobello Road. A pesar de su fama no estaba muy explotado turísticamente, o eso nos hacían creer. Con un montón de tiendas para curiosear, sus encantadoras casitas... así eran Notting Hill y su calle más famosa, mucho más bonitos de lo que imaginábamos.




Quería aferrarme a un café para llevar, quién sabe si me hubiera encontrado a Ewan Mcgregor tirárselo "accidentalmente" encima y correr la suerte de Hugh Grant en la película que todos conoceréis. Me conformé con comerme un bocata mientras daba una vuelta por el encantador barrio.
Imprescindible, sin duda, Notting Hill. Perderos un ratito por la zona, no os arrepentiréis.



THE WHITE TOWER


Después de esto cogimos el metro y nos dirigimos raudos y veloces a la torre de Londres.
Esta vez no queríamos hacer enfadar al famoso Enrique VIII, así que llegamos justo después de comer.

Construida en el siglo XI y ampliada por diferentes monarcas, la Torre de Londres aguanta, orgullosa, el paso del tiempo. Su carga histórica, los tesoros que alberga en su interior y el fuerte contraste con el entorno, hacen de la famosa torre un punto de parada obligatorio para cualquier visitante.


Para los más morbosos fue escenario de numerosas ejecuciones. Para los más curiosos y bajo la advertencia de "va usted a entrar en el lugar más vigilado de toda Inglaterra", la torre guarda las joyas de la corona, en sentido literal.



Lleva una dos horas y media verlo todo, sirven nuestros vales amigos y podréis ver in situ a los famosos beefeaters. ¿Qué más se puede pedir?.



ALLÁ VAMOS AMY

Conseguimos salir con las cabezas sobre nuestros hombros y teníamos toda la tarde por delante. Tras una visita tan histórica no está mal relajarse un poco, dejarse arrastrar por placeres más mundanos. El lugar ideal, por supuesto, CAMDEN TOWN.


Todo lo que os cuente será poco, como las ciudades de las películas futuristas, Camden tiene una atmósfera única dónde el desorden y el caos de sus escaparates resultan hipnóticos. Es el marco perfecto para la controvertida Amy Whinehouse, macarra, desastre, transgresor, igual que la peculiar voz de la cantante británica, te engancha.




En cuanto a la ropa, hay de todo, mucho de segunda mano, mucho para góticos y muchisisisismo para rockers. Pero todo esto es lo de menos dar una vuelta por la calle principal, el mercado de los establos, el paseo por el canal...no, no es un escenario es la realidad.






Hacia las 6 de la tarde ya cierran los mercadillos, las tiendas siguen abiertas hasta las 8 más o menos. Si os entra el hambre hay un starbucks con unas vistas estupendas al canal, si anochece todavía es mejor.



Si queréis algo más contundente en el mercado de los establos hay puestos de comida de todas las nacionalidades.

Quedaros con esto:
- Si os entra la fiebre de Julia Roberts y queréis comprar a lo loco hacia las 6 empiezan a cerrar los puestos.
- Camden no solo son las tiendas, tomaros un café tranquilamente disfrutando del entorno.

- No os paséis por alto el mercado de los establos, no tiene pérdida y es de lo mejorcito.



Ya hacía mucho rato que había anochecido, el ambiente ya era demasiado "Amy" y nosotros demasiado turistas. Regresamos a nuestra zona cero, picadilly-soho-chinatown, ¡ya era nuestro segundo hogar!






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